A ti recurro en esta hora,
temeroso de las acciones del Maligno,
Temeroso de los daños que pudieran hacerme
Y pidiendo protección contra todo mal,
Porque el maigno no tiene compasion
Y me acosa y lastima sin descanso,
No permite mi felicidad,
No me deja salir del abismo en el que me encuentro.
Yo solamente quiero moverme por la vida libremente
Y hacer el bien y cumplir con mis deberes
sin que nadie ni nada pertuben mi paz
ni la de los míos, a los que tanto quiero.
Por eso, te pido protección,
Protección, que tu abrazo me rodee como un escudo
al que nada ni nadie puedan atravesar.
jueves, 19 de abril de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)